lunes, 29 de junio de 2015

El caso Spotify y el futuro de la música

Daniel Ek addressing Spotify staff.
Daniel Ek addressing Spotify staff. (Photo credit: Wikipedia)
Se dice que la era digital ha llegado pese a que muchos aún se resistan a creerlo.Los formatos físicos ciertamente se han anquilosado y, hoy en día aproximadamente el 50% o 60% de nuestra vida está en la red. Entre ese porcentaje, sin duda uno de estos aspectos donde Internet ha ganado la partida es la música. En estos tiempos, gracias a la red podemos disponer de cualquier canción en cualquier momento sin necesidad de mover más que un dedo y de forma totalmente gratuita. Esto ha provocado un efecto filo de navaja, ya que ha llevado consigo la proliferación masiva de las descargas ilegales y de la piratería que verdaderamente ha puesto en jaque a la clásica y estancada industria musical, anclada en los viejos cánones del formato físico.





Spotify Logo
Spotify Logo (Photo credit: Wikipedia)
Pero ante este cambio en las formas de consumir música, han surgido herramientas y aplicaciones que lo legitiman, destacando sobre todos ellas Spotify. Se trata de una aplicación que permite reproducir música vía streaming, sin necesidad de descarga. El programa fue lanzado en el 7 de octubre de 2008 inicialmente para el mercado europeo, ampliando su oferta hasta introducirse en el mercado norteamericano el 7 de julio de 2011, alcanzando así las 2 millones de suscriptores de pago, al sumarse 400.000 más procedentes del mercado estadounidense, donde ya ha superado con creces a sus dos máximos competidores: Rhapsody y Sony Unlimited.


El proyecto viene funcionando desde 2006 promovido por la empresa sueca Spotify AB, fundada por Daniel Ek con sede en Estocolmo, aunque su casa matriz se encuentre en Inglaterra. A parte de los ya mencionados Estados Unidos, también podemos disfrutar de Spotify en Suecia, Finlandia, Noruega, Francia, Reino Unido, España y Holanda. menú de spotifyFunciona poniendo a disposición del Usuario vía streaming un gran catálogo musical dispuesto a través de los acuerdos suscritos con varias discográficas. Destacan los acuerdos con Universal Music, Sony BMG, EMI Music, Hollywood Records y Warner Music, aunque también se pueden disfrutar de títulos editados por sellos independientes. En su origen, se podía disfrutar mediante una cuenta gratuita e ilimitada a la que se le introducían cortes publicitarios cada pocas canciones, y una cuenta Premium previo pago mensual de 9,99 € al mes a la que se le unían las ventajas de de anular la publicidad y todas las limitaciones, aparte de poder disfrutarlo en los móviles que utilizaran un sistema operativo con la aplicación.
El 1 de mayo de 2011, y previo a la entrada en el mercado estadounidense, hubo numerosos cambio en la aplicación, sobretodo en su versión  free donde se introdujo un límite de escucha de 10 horas a la semana y un máximo de 5 reproducciones por pieza. Al mismo tiempo se consolidaron dos tipos de cuentas de pago: Spotify Unlimited, que elimina todos los límites de la cuenta free, anula la publicidad y permite utilizarlo en todo el mundo por 5 € al mes, y Spotify Premium, que añade varias ventajas sobre la que destaca la posibilidad de utilizarlo en teléfonos móviles.
logo de groovesharkEstos cambios provocaron numerosas críticas en diversos foros de opinión por parte de usuarios, las cuales se concretaron en hechos como la reducción de  1 millón de usuarios generales, pasando de los 5,75 millones del mes de marzo a 4,67 millones en junio. De ello se aprovecharon otras aplicaciones de streaming gratuitas, que recibieron antiguos usuarios de Spotify, como goear, y sobretodo grooveshark, para el cuál se han habilitado aplicaciones que permiten adaptar listas de reproducción procedentes de Spotify y que tiene una oferta mucho mayor. También en el debe de Spotify se encuentra la falta de acuerdo para ofertar canciones de artistas importantes como Oasis, Led Zeppelin o AC/DC, a los que sustituye con bandas tributo. Por último, también hay numerosas sospechas sobre la viabilidad de Spotify, cuyas cifras de beneficios están bastante en entredicho.

Sin embargo, podemos poner en su haber su atractivo diseño, la navegación mediante menús muy intuitivos, la calidad cd de la reproducción así como la velocidad de la carga, la gran organización del programa, y la posibilidad tanto de descargar música por 1€ la pista como de subir pistas que tengamos nosotros en el ordenador. También nos permite utilizarlo como una red social musical gracias a su enlace con facebook, facilitándonos el compartir música con amigos. Lo que sí parece claro es la presión que han ejercido las discográficas a la hora de condicionar a Spotify para entrar en el mercado norteamericano, siendo ésta sin duda alguna la razón principal de los cambios en el servicio. También podríamos citar aquí el desarrollo legislativo de la materia en los distintos países, que hacen que se vaya adaptando a las circunstancias. Pero no podemos obviar que el futuro de la música es éste, el de la oferta masiva de música a precios razonables y sin esperas de descargas ni de desplazamientos físicos a la tienda. Así, se da también un valor añadido a la música en directo que proporciona una sensación real y distinta a la provocada por el estudio, al mismo tiempo que va a aportar mayor calidad al formato físico, el cual debe de aportar más para que añada de verdad un mayor valor a la música en la web. Los intentos desesperados por anclarse a estos viejos cánones por tanto, como la famosa ley Sinde, no están destinados a otra cosa que al fracaso. De hecho si te compras un Seat, no vas a necesitar cd’s ni en coche, ya que tendrás Spotify.


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